Fiestas

21 de mayo: Día Internacional del Té 

Designada por las Naciones Unidas, la fecha resalta la importancia de esta bebida milenaria en la cultura, la economía y la salud a nivel mundial. Desde sus orígenes en la antigua China, el té ha dejado una huella profunda en la historia humana.

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Alexandra Zurita

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El té tiene una historia que se remonta a más de cinco mil años. Según la leyenda, el té fue descubierto por el emperador chino Shen Nong en el año 2737 a.C. cuando las hojas de un arbusto cayeron en su agua hirviendo. Fascinado por el aroma y el sabor resultante, Shen Nong empezó a promover el consumo de té. 

Más allá de los mitos, se sabe que el té se empezó a cultivar en el noreste de la India, el norte de Myanmar y el suroeste de China, pero se desconoce el lugar exacto donde creció la planta por primera vez. Eso sí, hay constancia de que en China su consumo ya se daba hace al menos cinco milenios. 

A Japón, el té llegó alrededor del siglo VIII y fue introducido en Europa 800 años después por comerciantes portugueses. Para el siguiente siglo ya se había convertido en una bebida popular en Inglaterra, dando lugar a la famosa ceremonia británica del té. 

En la actualidad, el té es una de las bebidas más consumidas en el mundo después del agua. La industria de este producto juega un papel crucial en la economía global, especialmente en países productores, como China, India, Kenia y Sri Lanka. El mercado mundial del té se valoró en aproximadamente 55 mil millones de dólares en 2020 y sigue creciendo. 

China es su mayor productor, con una cifra que supera los 2,4 millones de toneladas anuales; mientras que India –conocida por sus variedades de té Assam y Darjeeling– produce alrededor de 1,3 millones. Por su parte, Kenia es el mayor productor de té negro con más de 450 000 toneladas anuales y Sri Lanka, famosa por el té de Ceilán, llega a las 300 000. 

Mucho más que una bolsita en agua 

Para algunos, el té se limita a esas hojitas amargas dentro de una bolsita de tela que se sumerge en agua caliente por unos minutos, pero lo cierto es que hay una amplia variedad de tipos, cada una con características únicas en cuanto a sabor, aroma y beneficios para la salud. 

Las principales categorías de té incluyen el té verde, el negro, el oolong, el blanco y el pu-erh. Cada uno se distingue por el nivel de oxidación y el procesamiento de las hojas de Camellia sinensis, que es la planta del té. El té verde, por ejemplo, se procesa rápidamente después de la cosecha para que no se oxide, mantenga su color y sabor más frescos. En cambio, el té negro se oxida completamente, por lo que tienen ese color oscuro y un sabor más robusto y complejo. 

El té oolong es intermedio entre los dos anteriores en cuanto a oxidación, lo que le permite ofrecer una amplia gama de sabores que incluye lo floral, lo afrutado, lo tostado y lo terroso. El té blanco, por su parte, es el menos procesado y se elabora con brotes y hojas jóvenes que se secan al sol, dando un sabor delicado; mientras que el pu-erh es una variedad fermentada que puede ser envejecida por años, de donde obtiene su sabor profundo y terroso. 

Además a estas categorías, existen mezclas y tés aromatizados que combinan hojas de té con frutas, flores, especias y otros ingredientes naturales para crear infusiones únicas. Una de ellas es el muy famoso té Earl Grey, tan consumido en Inglaterra, que se aromatiza con aceite de bergamota; otro es el té chai que combina té negro con canela, cardamomo, clavo y jengibre. 

Un mercado que no para de crecer 

Cuando se habla de bebidas distintas al agua siempre se piensa en el café como parte de una industria estable y que siempre va en aumento, pero lo cierto es que el mercado del té ha experimentado un desarrollo significativo en las últimas décadas, impulsado por una mayor conciencia sobre sus beneficios para la salud y una creciente demanda de variedades de té premium y orgánica. 

Se espera que el mercado global del té continúe expandiéndose, con una tasa de crecimiento anual compuesta alrededor del 5 al 6 % durante los próximos cinco años. Esto debido a la innovación de productos con nuevas variedades y sabores, pero también a la mayor preferencia por productos saludables, en este caso con propiedades antioxidantes. Además, la expansión del comercio electrónico que permite la venta de té a través de plataformas en línea ha facilitado el acceso a una amplia gama de productos que contribuyen al crecimiento del mercado. 

Su innegable impacto en la economía, en la historia y en la vida de muchos, hizo que la Asamblea General de las Naciones Unidas estableciera en el 2019 que cada 21 de mayo se celebrara el Día Internacional del Té para promover y fomentar actividades relacionadas con su producción y su consumo sostenible. 

¿Cómo tomar té?

Si bien sabemos que las propiedades antioxidantes del té mejoran la salud cardiovascular y mental, ayudan a bajar de peso y tienen poderes antiinflamatorios, no siempre conocemos la forma correcta de prepararlo y consumirlo para aprovechar todas sus cualidades. 

Los aspectos a considerar son:

  • Temperatura del agua: Esto varía según el tipo de té. El té verde se prepara a 80 °C, mientras que el negro con agua hirviendo (100 °C).
  • Tiempo de infusión: No es igual para todos los tipos de té, pues dejarlo más o menos tiempo puede mermar su sabor y sus cualidades. El té verde necesita de 2 a 3 minutos y el negro, de 3 a 5. 
  • Azúcar: Lo mejor es tomarlo sin azúcar o algún endulzante artificial para no modificar su sabor original ni interferir en sus beneficios para la salud. 

Recuerde que siempre será un buen momento para disfrutar de una tacita de té.

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Alexandra Zurita

Periodista con más de 20 años de experiencia, 10 de ellos en contenidos gastronómicos. Sin recetas secretas frente al teclado, escribir nunca supo tan bien como ahora.

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