Del fogón al wifi: el papel de mamá también ha cambiado en la cocina

El rol de las mamás en la cocina ha experimentado una transformación significativa a lo largo del tiempo, reflejando no solo cambios en la tecnología y el estilo de vida, sino también en las actitudes culturales hacia el hogar, la alimentación y el cuidado de la familia. 

Desde las cocinas humeantes de antaño hasta los espacios minimalistas y tecnológicamente equipados de hoy, su papel en la cocina ha evolucionado de ser principalmente funcional a incorporar elementos de expresión personal, eficiencia y conectividad digital.

En las cocinas del pasado, las mamás enfrentaban desafíos considerablemente diferentes a los que enfrentan en la actualidad. Con hornos de piedra, cocinas de carbón y métodos de conservación rudimentarios, como sumergir alimentos en ríos,  almacenarlos en frigoríficos de madera con hielo u obtener agua desde una fuente lejana, la preparación de alimentos era laboriosa y requería un esfuerzo considerable. La compra de alimentos era una actividad frecuente y la preparación de comidas exigía tiempo y dedicación, sin la comodidad de los electrodomésticos modernos como las neveras, los microondas o los lavaplatos.

Sin embargo, con el avance de la tecnología y los cambios en el estilo de vida, las mamás han visto transformarse su rol en la cocina. Este siglo ha marcado un punto de inflexión en la forma en que se concibe y utiliza este espacio. Con un enfoque en la simplicidad, la eficiencia y la personalización, las cocinas modernas reflejan las preferencias de una generación que valora tanto la funcionalidad como el estilo. Además, del ahorro de tiempo, algo tan preciado y necesario en estos días. 

Mamás 2.0 en la cocina 

La tecnología ha desempeñado un papel crucial en esta evolución, permitiendo a las mamás modernas simplificar tareas domésticas y explorar nuevas formas de preparar alimentos. Desde electrodomésticos conectados a Internet hasta utensilios de cocina de última generación, la tecnología ha facilitado la vida en este espacio y ha abierto nuevas posibilidades para la experimentación culinaria.

Las redes sociales, especialmente plataformas como Instagram, han contribuido a redefinir el papel de las mamás en la cocina, convirtiéndola en un lugar no solo para preparar alimentos, sino también para expresar creatividad y conectar con otros. Las mamás de hoy comparten recetas, consejos y experiencias culinarias en línea, creando una comunidad virtual de amantes de la cocina. Ya no se trata únicamente de continuar con las recetas de la abuela, sino también de seguir tutoriales en línea.

Con todo este nuevo mundo han surgido nuevas tensiones y dilemas para las mamás. La conveniencia de los alimentos precocinados, la compra del supermercado a través de aplicaciones y su entrega a domicilio compite con el deseo de preparar comidas caseras y saludables. La presión de las redes sociales puede llevar a comparaciones poco realistas y expectativas poco saludables en torno a la cocina y la alimentación.

Con avances y mejoras, el papel de las mamás en la cocina sigue siendo fundamental, aunque ha evolucionado en respuesta a las transformaciones en la sociedad. Ya sea cocinando con tecnología de vanguardia o siguiendo recetas tradicionales transmitidas de generación en generación, ellas continúan desempeñando un papel vital en la alimentación y el cuidado de sus familias, adaptándose siempre a un mundo en constante desarrollo.

Hay cosas que nunca cambian 

En un mundo lleno de atajos y trucos para que todo sea más rápido y eficiente, cuando se trata de la cocina hay cosas que permanecen, como aquellos consejos de la abuela: 

• Aprovechar los ingredientes frescos y de temporada garantiza un mejor sabor y una mayor calidad nutricional. 
• No desperdiciar nada y aprovechar al máximo los alimentos usando las sobras para nuevas comidas es una práctica de siempre, pero también es algo muy apreciado en estos días. Por ejemplo, usar los huesos de pollo o verduras para hacer caldos y las cáscaras de frutas y vegetales para infusiones y compotas. 
• Cocinar en porciones grandes y congelarlas ayuda a tener comida lista en cualquier momento. Las abuelas cocinaban en grandes cantidades porque las familias eran numerosas, pero hacerlo hoy permite alimentar varias veces al mismo grupo. 
• No sobrecargar las ollas y sartenes para que haya una distribución uniforme del calor y los alimentos se cocinen bien. 
• Dejar reposar la carne cocinada unos minutos antes de cortarla para que los jugos se distribuyan bien y tenga mejor sabor. 
• El dorado perfecto de carnes, aves y pescado se consigue haciendo que sus superficies estén secas antes de colocarlas en la sartén caliente. Esto hará que queden crujientes. 
• Antes de freír, el aceite debe estar lo suficientemente caliente. Para verificarlo hay que introducir un palillo de madera en el aceite, si aparecen burbujas a su alrededor, está listo para freír. 
• Para intensificar el sabor de las especias hay que tostarlas ligeramente en una sartén antes de agregarlas a las preparaciones, pues esto liberará aceites esenciales y realzará su sabor. Las hierbas frescas deben agregarse al final de la cocción para mantener su frescura y aroma. 
• Usar una espátula de silicona para revolver salsas en sartenes antiadherentes y una espátula de metal resistente para dar vuelta los filetes en una parrilla caliente. 
• Los cuchillos deben estar siempre bien afilados para facilitar el corte preciso de ingredientes. Hay que evitar cortar sobre superficies duras porque dañan el filo del cuchillo. 

El consejo de cocina #1 de toda abuela y toda mamá siempre será: cocinar con amor y paciencia porque tomarse el tiempo necesario y disfrutar el proceso permite que cualquier plato quede mejor. (I)