Rutas del Sabor

El corviche también tiene su ruta del sabor

Se puede disfrutar en la mañana, tarde o noche; es ideal para saciar ese antojo de verde, maní y pescado. Sabor no podía faltar en este recorrido, en el que visitamos cuatro locales famosos por su autenticidad.

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María F. García

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¿Quién no ha disfrutado de un corviche en algún momento? Este delicioso platillo, con orígenes en Manabí, es infaltable en las esquinas de cualquier sector. Elaborado con maní, verde y pescado, también puede estar relleno de cangrejo, camarón, calamar y una infinidad de combinaciones. La salsa que acompaña al corviche potencia su sabor, haciendo que pedir más de uno a la ‘vecina’ sea irresistible.

El corviche es un manjar tradicional de la costa ecuatoriana, conocido por su sabor inigualable y su preparación artesanal. Este plato destaca por su combinación de ingredientes frescos y locales. El relleno típico es de pescado, usualmente albacora.

Es más que un simple plato; es una experiencia gastronómica que captura la esencia de la cocina costera ecuatoriana. Su sabor único, su proceso artesanal y su importancia cultural lo convierten en un imprescindible para quienes desean explorar la auténtica cocina ecuatoriana.

Para rendir homenaje a esta exquisita preparación, Sabor recorrió cuatro lugares de la ciudad en busca de los mejores corviches

Los corviches de Katy, innovación gastronómica

Katherine Ayoví Arboleda comenzó su negocio hace más de diez años como vendedora ambulante en varias esquinas de la Perimetral, en el sur de la urbe. Con una mesa de madera y una funda de plástico, esta emprendedora dio sus primeros pasos. Durante cinco años trabajó frente a la esquina donde ahora se encuentra Corviches de Katy, su único local, ubicado en la 23 y la T Perimetral.

Katy, como la llaman sus clientes, confiesa que “el poder costear sus estudios fue la razón principal por la que inició su negocio”. Como parte de sus proyectos futuros, asegura que desea estudiar gastronomía para llevar sus creaciones a un siguiente nivel. La emprendedora guayaquileña sigue el ejemplo de su madre, a quien considera una mujer visionaria y trabajadora. Junto con sus allegados cercanos, dirige la dinámica de su negocio, que ha ganado popularidad gracias a sus peculiares corviches y a las redes sociales.

‘De todos los colores y sabores’ es una frase que le cae perfectamente a Katy, ya que ofrece más de ocho variedades de corviche. Primero empezó con el corviche tradicional. «Luego decidí apostar por hacer algo diferente, innovar con cosas que tal vez el cliente no está habituado a comer, pero que si las prueba, encuentra su sabor exquisito”, añade.

Su oferta incluye corviches de calamar y pescado, cada uno a $1,25; mixtos de pescado y camarón, calamar y camarón y calamar y pescado a $1,50. De estos, surgió el ‘triplete’ a $2,25, que combina los mixtos y se acompaña con ensalada de col y guacamole.

Los corviches criollos de carne, pollo y chancho están disponibles a $1,50 y el ‘costeño’, que es la mezcla de los tres, cuesta $2,50. Combinar mar y tierra fue la decisión más exitosa para Katy, pues el ‘tumba la casa’ -con un valor de $3,50– la ha llevado a hacerse conocida en distintos lugares y ha recibido entrevistas de diferentes medios. “La combinación del triplete, costeño y mixto me permitió estar en uno de los eventos gastronómicos más importantes del país, la feria Raíces 2023”.

“No vengan por corviche de pescado, vengan por algo diferente”, menciona Katy, quien atiende en su local de lunes a sábado de 14:00 a 19:30.

El rey del corviche, una leyenda en Mapasingue Oeste

José Bienvenido Loor, conocido como el Rey del corviche en Mapasingue Oeste, comenzó su negocio hace diez años. “La abuelita de mi esposa fue quien me enseñó a prepararlos”, confiesa José, quien gracias a esta receta ha podido salir adelante.

Originario de Tosagua, Manabí, José llegó a Guayaquil hace 30 años. Comenzó trabajando en una panadería, pero cuando aprendió a hacer corviches decidió dedicarse de lleno a esto. “Hace unos años recorría todo el sector con una charola en mano, ofreciendo mis corviches”, asegura el manabita.

Su secreto para tener los mejores corviches es levantarse bien temprano. “Desde las seis de la mañana ya estamos preparando nuestro corviche de albacora”, explica. A las cuatro de la tarde sale a vender a sus comensales. José confiesa que normalmente usa cinco racimos de verde al día.

El corviche tradicional de albacora, maní, verde, salsa y un rico ají característico de su ciudad natal se vende en su local a $1,25. Además, ofrece a sus comensales tortillas de verde, empanadas de verde, queso y pollo, colas, jugos y café. Recibe a clientes de varias partes de Guayaquil, y según él, algunos “se pegan un viaje tremendo solo por venir a probar los corviches del rey”

José atiende a diario, de 16:00 a 21:30, en la avenida 4ta y calle tercera de Mapasingue Oeste, pasando la escuela Nuestra Señora de Lourdes.

Los corviches de Elbita, tradición y sabor manabita

El local, con 50 años de experiencia, está lleno de historia. Elba Mejía, de 81 años y originaria de Manabí, asegura haber sido la pionera en traer los corviches a Guayaquil. “Yo vendía casi 500 corviches diarios. La gente, de a poco, me fue conociendo y cada vez querían comer mis corviches”, comenta Elbita.

Marisela Grain, hija de Elbita, cuenta que su mamá comenzó en 1980 en el Club del Banco Central, donde eran fanáticos de los platos a la carta, cebiches y, por supuesto, los corviches. Después se mudaron a Luis Urdaneta y Escobedo. “Todo el mundo iba en busca de la comida de mi mamá”, recuerda Marisela. Finalmente, evolucionaron y se establecieron en su local actual, ubicado en Garzocentro 2000. Marisela confiesa que su mamá aún prepara corviches que son 100 % manabitas, con sal prieta, salsa de aguacate, salsa de queso y limón.

Los corviches de Elbita ofrece a sus comensales corviches de pescado, camarón y el mixto (pescado y camarón). Marisela añade que si algún cliente pide un corviche de queso criollo, lo hacen sin problema. “Aquí tenemos de todo: ensalada de cangrejo, ceviche de cangrejo, corvina, concha asada, ceviche de pescado, camarón, concha, arroz marinero y un sinfín de platos más”. Pero, sin duda, su especialidad son los corviches, cuyos precios varían entre $1,50 y $2,50.

Desde las cuatro de la mañana, José Nahin Parrales, esposo de Marisela, se encarga de ir por los pescados más frescos del mercado. “Aquí trabajamos así, yo me encargo de buscar los productos y mi esposa junto a su madre están al frente del local”. La gente también se lleva sus corviches congelados cuando tienen viajes al exterior o cuando desean llevar este delicioso manjar a sus familiares fuera del país.

“He aprendido mucho de mi mami. Ella es una mujer trabajadora que nació con ese don de la cocina. Yo soy feliz de verla cuando hace sus corviches”, recalca Marisela, quien ahora es la sucesora de este negocio que empezó hace más de 50 años. Ahora están instalados en el patio de comidas de Garzocentro 2000, local 1101, detrás de la Bénédict School.

La Corvichería: si tiene viche, es bueno

Andrea y Denise Gutiérrez Heupel son hermanas y copropietarias de La Corvichería. Desde hace varios años ellas tenían el deseo de emprender en algo que realmente aman: comer corviches. «Como buenas costeñas que somos», menciona Andrea. Hoy llevan más de cinco meses con su restaurante especializado en este delicioso plato.

«Ambas tenemos talentos diferentes. Mi hermana se desenvuelve en el marketing y la administración y yo en la parte gastronómica«, dice Andrea. Tener estas dos ramas en una sola familia les permitió desarrollar un concepto diferente y único con los corviches.

Este producto es muy típico de la costa y mucha gente lo ama, pero «a veces no se le suele dar el valor que merece», enfatiza Andrea. Por esta razón, se enfocaron en darle un toque de frescura y modernidad a la receta y, sobre todo, en presentar este plato considerado muy sencillo de una forma llamativa. La Corvichería, con su ambiente tropical, es un espacio que permite degustar cómodamente variedades de corviches.

Mientras disfrutan de lo costeño, los clientes pueden tener un corvy date, recalca Denise. Ellos gozan con música como salsa. «Lo llamamos una experiencia gastronómica», añade su hermana.

Cuando decidieron abrir La Corvichería sabían que debían hacerlo saliendo de lo tradicional. «Por eso ofrecemos no solo un ambiente distinto, sino una gama muy diferente a lo que se consigue normalmente, empezando por la presentación», señala Denise. Actualmente, ofrecen seis tipos de corviche: el tradicional de albacora, el de cangrejo, chancho, pescado con camarón, camarón y su propio corviche de autor

«Mi ñaña hizo esta receta nueva como una opción dulce para quienes quieren algo diferente», explica Denise. Dulce pintón es el nombre de este corviche, relleno de queso y bañado en salsa de queso.

Todos sus corviches son una delicia, desde los salados que llevan sofrito, cebolla, sal prieta, salsa criolla y salsa de maní, hasta su plato de autor. Denise confiesa que el más pedido sigue siendo el de pescado. «La gente primero viene a probar el típico porque es ‘mejor malo conocido’. Ya cuando se enamoran de la sazón, regresan por alguna opción más arriesgada«.

‘Si tiene viche, es bueno’. Esta frase resuena sobre el nombre del local. La escogieron porque viche es todo lo que sale del mar; es como un manjar de los dioses que en la costa se tiene la suerte de tener, recalca Denise. La sazón de Andrea y el toque único administrativo de Denise las ha llevado a tener una excelente acogida desde que abrieron su local.

Sus corviches van desde $4,50 hasta $6,50. Atienden de lunes a sábado de 10:00 a 20:00 y domingos de 09:00 a 14:00. Visítalas, están ubicadas en la parte de atrás del Garzocentro 2000, frente al American Call Center. (I)

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María F. García

Joven periodista apasionada por la profesión y amante de la repostería. Explora el mundo de las cocinas para crear historias deliciosas que fusionen su pasión por la escritura con su amor por los sabores.

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